lunes, 23 de diciembre de 2013

Encants Vells?

Siempre es triste ver como algo a lo que has estado ligado muchos años cambia radicalmente o desaparece sin más. Ya me pasó con SNT, una plaza en la que llevo patinando casi diez años y en la que he visto como el paso del tiempo y el olvido de los de arriba hacían que se degradara día tras día hasta acabar en el estado en que se encuentra ahora. 
El último caso traumático del que me he dado por aludido ha estado la desaparición/cambio del original Mercado de los Encantes de Barcelona. Cualquiera que sea de La Condal y muestre cierto conocimiento sobre su ciudad, sabrá de que le estoy hablando. Se trata de un mercado único, un mercado con una ley y política diferentes, una imagen y un color inefable... en definitiva; un sitio maravilloso donde cada día podías toparte con una pieza única con miles y miles de historias a sus espaldas. Incontables las anécdotas que se esconden detrás de esas cajas llenas de cartas y blocs de notas que un día viajaron de mano en mano hasta llegar a su destino... podría pasarme horas haciendo cábalas sobre esto. 
El Mercado de los Encantes ha vivido la última década (incluso más) con el rumor de un cambio de ubicación inminente. Ha tardado, pero ha llegado. Hace varias semanas se vivió el último sábado de Encantes. Mi padre me ha llevado a ese mercado desde que tengo memoria y para mi, al igual que para muchísimas personas, ese sábado fue un día triste.
He visto y visitado la nueva ubicación de los Encantes. Es mucho más grande y la calidad y el servicio ha mejorado. Realmente me llegará a gustar el nuevo edificio... pero que queréis que os diga, el encanto de ese mercado era justamente el estado y el sitio en el que se encontraba hasta hace pocas semanas. 
Martí Herrera (filmer de patín que seguramente conoceréis dado que ya ha aparecido varias veces por aquí) realizó un documental as respecto que estrenó hace poco en unos cines de Barcelona. Ahora está en la red para el disfrute de todos (hay trozos en catalán... pero no me seáis obtusos, se entiende guay).
No és un documental de patín ni mucho menos; pero me parecía de relevante importancia como para ponerlo aquí. 
Buen trabajo Martí!

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